Claves para gestionar la frustración en los pequeños
La frustración es una vivencia emocional, que pueden experimentar todas las personas, que se presenta cuando un deseo o objetivo no se puede cumplir. Ese estado lo conocemos como frustración y es un estado transitorio que se manifiesta y se afronta de diferente forma según la persona.
Para poder hacer frente a la frustración necesitamos tirar de la tolerancia, ya que es la actitud que nos ayuda a afrontar los problemas o inconvenientes. Y como todo, son puntos que hay que trabajar y desarrollar. ¿Cómo podemos gestionar la frustración en los más pequeños? Te dejamos las claves ?
Los niños, especialmente antes de los 6 años pueden llegar a frustrarse con más facilidad. ¿ Por qué?
No han desarrollado, todavía, su capacidad de empatía y les resulta difícil entender los deseos o necesidades del resto.
Entienden que sus deseos son los más importantes o los únicos que hay que atender.
El concepto del tiempo les resulta abstracto. Viven el presente de forma muy intensa.
Todo ello hace, que les cueste más esperar o tener más paciencia.
Claves para gestionar la frustración en los pequeños
Para empezar a ayudar a los más peques a controlar o gestionar su frustración tenemos que hacerlo en dos frentes: a nivel emocional y resolutivo.
》Nivel emocional
A nivel emocional es importante que entiendan que ese sentimiento es normal, que es algo común a todas las personas y que podemos decidir cómo reaccionar y comportarnos, igual que ocurre con la tristeza o el enfado.
Algunas ideas para que aprendan a gestionar la frustración:
① Ayudarles a identificar la frustración mediante sensaciones físicas, movimiento repetidos, actitudes que le acompañan.
② Mostrarles cómo expresar esa sensación en forma de palabras, evitando los movimientos agresivos.
③ Empezar a practicar técnicas de relajación que les ayuden a tolerar la frustración cuando esta se manifieste.
》Nivel resolutivo
A nivel resolutivo , podemos ayudarles a tolerar la frustración de diferentes formas:
① Eres su modelo. Gran parte del conocimiento que adquieren los niños/as es por observación, por ello es importante que seas un buen ejemplo.
② Permitir la frustración. Los peques tienen emociones y debes permitir que las identifiquen y las etiqueten. Por ejemplo, haciéndole preguntas: ¿Qué sientes cuando te enfadas? y ¿Cuándo estas contento? ¿Qué sensación tienes? Esto le permitirá conocer su propio mundo interior.
③ Dejar que se equivoquen. Los errores son aprendizaje, por eso, deben conocer desde el principio que conseguir nuestros objetivos requiere de esfuerzo y no tirar la toalla en el primer obstáculo.
④ Favorecer la independencia. Crear un ambiente preparado para que se pueda desenvolver con la mínima ayuda del adulto. De esta forma, conocerán y desarrollarán sus capacidades mediante la prueba y el error, y aprender a tolerar la frustración.
⑤ Dótale de herramientas. Puedes ayudarle a relajarse en los momentos de máxima tensión.
⑥ Establecer objetivos razonables. Muchas veces somos las personas adultas quienes nos encargamos de poner objetivos poco razonables para su edad o madurez. Establece objetivos que se puedan cumplir o que no lleven a estas situaciones innecesarias.
⑦ Acompañar. No le sueltes la mano, enseña y ayuda, forma parte de este aprendizaje para él/ella. Marcarle retos diarios, felicítale tras los logros conseguidos y enséñale a pedir ayuda cuando lo necesite.
⑧ No cedas. Es necesario poner limites en la educación y enseñarles que el «NO» también existe.
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