Como elegir el mejor juguete
Para el bebé, el juego comienza desde que nace, cuando con la mirada conoce y percibe al mundo que le rodea. Luego, comienza a llevarse todo a la boca, descubre que tiene manos y, al chupárselas, empieza a reconocer su cuerpo y a interactuar con objetos de su entorno más inmediato.
Se trata de una de las vivencias más enriquecedoras, ya que cada experiencia lúdica le enseña cómo pensar y aprender sobre el mundo. El juego contribuye al desarrollo físico, mental y social del niño y lo prepara para la vida adulta. No es pura diversión, es su primera actividad, a la que dedica más tiempo y energía. En ésta se sientan las bases para la lectura, la escritura y el razonamiento matemático.
Entre los beneficios que se obtienen a través del juego destacan los siguientes:
- Desarrollo de la motricidad gruesa, la cual comprende gatear, caminar, trepar, correr, lanzar, atrapar, saltar y equilibrarse
- Desarrollo de la motricidad fina
- Amplía la agilidad mental: refuerza la solución de problemas y afianza los conceptos de causa-efecto
- Afianza la habilidad verbal, ya que lo anima a expresarse y emplear palabras que describen sus juguetes y actividades favoritas
- Lo inicia en actividades sociales como seguir instrucciones, esperar su turno, colaborar y compartir
- A nivel emocional, refuerza el sentido de pertenencia, de compañerismo y lo anima a expresar sus sentimientos
- Impulsa la autoestima, ya que sus logros a través del juego los hacen sentirse capaz de alcanzar lo que se propongan en la vida
Herramientas de trabajo
Al elegir juguetes para menores de tres años, hay que tener especial cuidado, evitando aquellos que posean partes muy pequeñas, ya que podrían tragarlas, aspirarlas o insertarlas en ojos u orejas. También hay que cuidar que los ojos y nariz de los peluches o muñecas estén bien fijos. Es muy importante evitar las bombas, ya que al desinflarse y ser tragadas, pueden causar asfixia. Deben ser juguetes irrompibles, livianos, lavables, sin esquinas pronunciadas, o cuerdas que puedan enredarse en el cuello.
Es importante tomar en cuenta los siguientes factores:
- La edad: normalmente los juguetes suelen estar diseñados en función de las distintas etapas evolutivas del niño. Al tener esto en cuenta, se sacará un mayor provecho a la experiencia recreativa
- La seguridad y la calidad: como dice el refrán, “lo barato sale caro”. Es mejor invertir un poco más en uno que tenga el respaldo de una compañía conocida que cuide con especial cuidado los materiales utilizados y posea controles de calidad efectivos
- La función: es mejor tener pocos juguetes útiles, que acumular muchos que no cumplan una función específica en el desarrollo del bebé
- El contenido ético: hay que ser consecuentes con la educación que queremos darles. No son recomendables los juguetes bélicos o aquellos que inciten a la violencia
- Gustos y preferencias del niño: es importante que esto sea tomado en cuenta
- Leer las etiquetas: especialmente, antes de comprar el juguete, ya que éstas contienen advertencias, instrucciones de uso e información importante para su uso
- Evitar los excesos: Es recomendable dejar a la vista pocos juguetes, guardar otros e irlos alternando. De esta manera no se aburrirán de tener siempre los mismos
- Atención: no adquirir juguetes excesivamente ruidosos, ya que pueden dañar los delicados oídos del bebé y, al pasar el tiempo, usted querrá desaparecerlos
- Advertencia: evitar los objetos con piezas metálicas que se puedan oxidar, o los que contengan PVC, ya que este material es tóxico al contacto con la saliva
JUGUETES POR EDADES:
De 3 a 6 meses
En esta etapa los bebés comienzan a tocar todo, por lo que disfrutarán aquellos juguetes elaborados en materiales con distintas texturas y formas que estimulen sus sentidos. Aquellos con ruidos sutiles estimularán el sentido del oído y contribuirán con el desarrollo de su coordinación motora. Los muñecos de peluche con pelo corto antialérgico, las sonajas o maraquitas y los que se puedan morder sin riesgo, son adecuados. Los gimnasios que se colocan sobre una manta en el piso, así como los móviles, serán una compra acertada, la cual disfrutarán a plenitud en esta etapa. No olvidar los juguetes de dentición, ya que les proporcionarán placer a las encías que comienzan a sentir molestias por los dientes que vienen. Es muy importante que en esta etapa los juguetes sean livianos y de materiales suaves, ya que aún no están en capacidad de controlar su fuerza y podrían golpearse.
De 6 a 9 meses
En esta etapa por lo general ya comienzan a sentarse y a gatear, por lo que el juego es más interactivo. Es el momento ideal para introducir juguetes que rueden o se desplacen, así como los que puedan lanzar (uno de los pasatiempos favoritos de esta etapa), golpear o que hagan mucho ruido. Es la hora de los carritos, las pelotas grandes y livianas, los muñecos de cuerda que rueden o salten, cubos de madera o plástico que puedan apilar, ollitas livianas y aquellos que puedan meter y sacar o abrir y cerrar. También se pueden introducir juguetes para la hora del baño que floten.
De 9 a 12 meses
Aquí la mayoría comienza a caminar agarrándose de los muebles y otros andan solos, por lo que serán infalibles aquellos juguetes que se muevan con ellos, como los tipo andadera y los de empujar y halar. Un éxito seguro son los que muestran causa y efecto, como las cajas de sorpresa que abren repentinamente y los que traen varias piezas similares que se introducen unas dentro de otras. No deben faltar las pelotas, carritos, muñecas sencillas sin muchas piezas, cajas con muchas cosas adentro, bloques grandes como los mega-blocks o legos duplo, instrumentos musicales sencillos como tambores, maracas y marimbas. Se pueden introducir cuentos de cartón o tela y todo tipo de juguetes que imiten los objetos que usan los adultos como teléfonos sin cordones, carteras y utensilios de cocina.
De 1 a 2 años
En su segundo año, los niños son exploradores. La curiosidad los mueve a investigar todo lo que los rodea. Ya realizan actividades como caminar con mayor estabilidad y trepar. Además, manipulan con mayor destreza todo lo que llega a sus manos. No pierden chance para imitar a los adultos y disfrutan todas aquellas herramientas o utensilios que les permitan desempeñar un oficio. El espectro de opciones aumenta notablemente: juguetes de montar como pequeños carros que se impulsen con los pies, vagones para llevar sus objetos, cocinitas con sus ollas y utensilios, juegos de herramientas, títeres, bloques con letras y números, rompecabezas con perillas para encajar piezas completas en la silueta correspondiente, piscinas pequeñas inflables con juguetes que floten (siempre con supervisión de un adulto), mesas y sillas infantiles elaboradas con materiales resistentes y sin puntas filosas, donde puedan sentarse a colorear con creyones de cera, plásticos o diversos materiales de arte no tóxicos.
Si van a la playa o cuentan con una caja de arena, se deleitarán con tobos, palitas y moldes. Continúan disfrutando de los bloques para armar, las pelotas, los carritos y las muñecas.
De 2 a 3 años
El juego de imitación comienza en esta etapa, les encanta parecerse a los adultos por lo que disfrutarán enormemente de los disfraces y accesorios que los hagan sentirse como otras personas. También les gustan granjas, estaciones de servicio, casitas, escuelitas que traen figuras y accesorios.
Ya se pueden incorporar los triciclos, columpios, toboganes pequeños, casas o estructuras plásticas para trepar. Son muy útiles los rompecabezas simples con piezas grandes. Darán nuevos usos a sus juguetes preferidos, como por ejemplo las muñecas a las que ahora cambiarán los pañales y ropita, darán de comer y podrán bañarse con ellas. Las mesas infantiles para realizar actividades artísticas podrán albergar nuevos materiales, cuidando siempre que estos no sean tóxicos y que sean utilizados bajo la supervisión de un adulto.
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