Gastroenteritis
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La gastroenteritis es una inflamación de los intestinos y, habitualmente, del estómago, que se manifiesta con un aumento de las deposiciones que se hacen normalmente y/o una disminución de la consistencia de las mismas. Los síntomas pueden aparecer repentinamente y no es raro que acompañen a la diarrea inapetencia, hastío, vómitos, dolor abdominal y fiebre.
La mayoría de los niños se recupera de 3 a 7 días con descanso en casa e ingiriendo una buena cantidad de líquidos. Los niños pueden tener formas agudas o crónicas de diarrea. Las causas incluyen bacterias, virus, parásitos, medicamentos, trastornos funcionales y sensibilidad alimentaria.
El rotavirus es la causa más frecuente de diarrea deshidratante grave en lactantes y niños de todo el mundo. La frecuencia ha disminuido desde la introducción de vacunas contra rotavirus
¿A QUIEN AFECTA?
Se trata del trastorno digestivo más frecuente en niños y, según la Asociación Española de Pediatría (AEP), causa de muchos ingresos hospitalarios y de pérdida de días de colegio.
No suele ser una patología grave, al menos en nuestro entorno, pero sí muy habitual en niños menores de 5 años.
EN LA ESCUELA
Los niños y niñas durante el proceso patológico no deben asistir al Centro Escolar
Consejos para tratar la gastroenteritis en los niños y niñas:
- 1. Hidrátale en cantidad adecuada, pero poco a poco.
Durante los episodios más agudos de la enfermedad, asegúrate de que tu hijo o hija repone los líquidos y sales que está perdiendo, pero no le hagas beber demasiado de golpe, pues puede provocarle nuevos vómitos. - 2. Apuesta por las soluciones de rehidratación y evita las bebidas isotónicas.
Tomar sueros de rehidratación oral cada poco tiempo constituye una buena opción para evitar la deshidratación del niño o la niña. En cambio, las bebidas isotónicas están pensadas únicamente para adultos durante la práctica deportiva, por lo que no son recomendables en casos de gastroenteritis infantil. - 3. Inicia su alimentación habitual en cuanto sea posible.
El niño o la niña debe comer en cuanto tenga apetito, no es necesario ningún periodo de pausa o ayuno ni una dieta astringente. Por eso, ofrécele alimentos de su dieta habitual que le resulten apetecibles e irá pidiendo más comida a medida que se vaya sintiendo mejor. Los únicos alimentos desaconsejados son los que contienen demasiada grasa o azúcares. No olvides continuar con la hidratación entre las comidas o tomas. - 4. No dejes de darle el pecho o el biberón.
Si el niño o la niña todavía es lactante, debe seguir tomando el pecho; incluso puedes aumentar la frecuencia de las tomas y hacerlas más cortas. Si toma biberón, no necesitas cambiar la fórmula ni rebajar su concentración. Y si toma papillas y purés, puedes seguir con su alimentación habitual. - 5. Vigila ciertas señales de deshidratación.
Sabrás si tu hijo o hija está deshidratado si tiene los labios y la boca secos, lleva mucho tiempo sin orinar y tiene los ojos hundidos. En bebés pequeños, que la parte blanda que tiene en la parte superior de la cabeza esté hundida también es un signo de deshidratación. Además, pueden mostrarse faltos de energía, como aletargados. - 6. Consulta a tu farmacéutico sobre los probióticos.
Tu médico o farmacéutico pueden recomendarte probióticos para ayudar a repoblar la flora intestinal y acortar algo la duración de la diarrea, de forma que el niño se recupere antes. - 7. Evita las medicinas, a no ser que te lo indique el pediatra.
No existe medicación específica para la gastroenteritis vírica; los antibióticos no son efectivos y pueden alargar la duración de la diarrea. Siguiendo las indicaciones de tu médico, puedes dar a tu hijo antipiréticos para aliviar la fiebre. Pero no es necesario, salvo indicación específica, el empleo de antieméticos (fármacos para controlar el vómito) y antidiarreicos. - 8. Máxima higiene para prevenir el contagio.
Enseña a tu hijo o hija a lavarse las manos cuidadosamente con agua tibia y jabón, durante, al menos quince segundos, después de ir al baño y antes de comer. Por tu parte, procura predicar con el ejemplo y hacer lo mismo frecuentemente, sobre todo después de ir al servicio, tras cambiar los pañales o asear a tu pequeño y antes de cocinar y comer. Y tras un episodio de vómitos o diarrea dentro del hogar, limpia y desinfecta inmediatamente las superficies que se hayan podido contaminar, pues el contacto directo puede producir el contagio. - 9. No lo lleves a la escuela hasta que esté mejor.
Aunque es mejor no limitar la actividad del niño o la niña y, pese a la mayoría de las gastroenteritis en nuestro entorno son leves, espera a que se encuentre mejor para llevarlo al colegio o la escuela infantil, pues hasta entonces puede contagiar a sus compañeros y compañeras. - 10. Acude al pediatra si observas ciertos síntomas.
Pese a que la mayoría de los casos de gastroenteritis infantil ceden por sí solos a los pocos días, si aprecias signos de deshidratación en el niño o la niña, si presenta fiebre alta o no cede o si ves sangre en sus deposiciones, debes acudir inmediatamente al médico con tu hijo o hija.
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