LECHES DE CRECIMIENTO, ¿NECESARIAS?

¿Alguna vez has comprado estos productos? ¿Sabes cuáles son sus diferencias con el
resto de leches?

Empezaremos definiendo brevemente los principales tipos de leches infantiles:
Fórmula de inicio o tipo I: se trata de una leche modificada aconsejada hasta los 6 meses de vida.
Fórmula de continuación o tipo II: se trata de una leche modificada aconsejada desde los 6 meses hasta los 12 meses de vida.
Leches o fórmulas de crecimiento: se trata de una leche modificada, publicitada a partir de los 12-18 meses, hasta los 3 años de edad.

Para seguir una lactancia artificial, las fórmulas de inicio y continuación son imprescindibles.
Sin embargo, las fórmulas de continuación no lo son. El motivo principal se encuentra en su composición, y además, su valor económico es bastante superior al de una leche de vaca normal, sin modificaciones nutricionales.
Pero entonces, ¿por qué se comercializan?

Pues fundamentalmente por marketing. Las empresas se aprovechan de esta etapa, en la que las madres y los padres son vulnerables.
La alimentación y salud de sus hijos e hijas es lo más importante, y si pueden comprarles lo mejor, lo harán. Además, están destinados a un público infantil, por lo que nadie pensará que son perjudiciales.
Las fórmulas de crecimiento, a diferencia de las de continuación y las de inicio, no tienen una legislación detrás. La Unión Europea no ha publicado ningún criterio para su composición, por lo que su formulación es bastante heterogénea; la decide la propia
empresa.

Generalmente, su contenido en hidratos de carbono y lípidos es muy parecido al de las fórmulas de continuación; aunque modifican el perfil lipídico con aceites vegetales.
Su contenido en proteínas es inferior al de la leche de vaca, y está enriquecida de los siguientes micronutrientes: vitamina D, calcio, hierro, y algunos ácidos esenciales como el DHA. Luego, tienen otros muchos ingredientes que son irrelevantes para una leche, como
son espesantes, cereales y azúcares en diversas formas para aumentar el contenido calórico y endulzar la fórmula; así sea más palatable y apetecible para sus consumidores (niños de 1-3 años).
La controversia se genera por las razones por las cuales estas fórmulas enriquecidas y modificadas son beneficiosas. El actual panorama europeo, y español, advierte de la deficitaria alimentación que siguen los infantes: bajo consumo de pescado (<2 raciones de pescado a la semana), bajo aporte de alimentos ricos en hierro, bajo aporte de alimentos ricos en vitamina D, bajo consumo de frutas, verduras y hortalizas (<2 día entre todas) y una alta ingesta de proteínas (triplicando la ingesta diaria recomendada).
Por ello, estas fórmulas adquieren un papel “salvador” en estas etapas, cuyo consumo ha demostrado:
– Un menor riesgo de sobrecarga renal de solutos (debido al menor aporte proteico)
– Una ingesta adecuada de ácidos grasos: monoinsaturados, poliinsaturados, saturados y de colesterol
– Menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en un futuro
– Adecuada ingesta de hierro, vitamina D y calcio (El consumo de ½ L diario cubre entre el 65-85% de la ingesta recomendada para estos elementos, tanto si se trata de una leche de continuación como de una de crecimiento, y en el caso de la vitamina D, el 100%)

Realmente son falsos beneficios, a causa de una alimentación inadecuada para los niños y niñas.
Es por ello que las leches de crecimiento no son un alimento necesario para el desarrollo de los infantes. Sin embargo, son útiles en ciertos momentos o según las características del individuo y su familia.

Su recomendación debe estar ligada a un profesional de la alimentación, siempre estudiando el caso e individualizándolo; teniendo en cuenta la ingesta de nutrientes que realiza el niño o la niña, si presenta riesgo de padecer ferropenia y/o anemia, si su crecimiento progresa adecuadamente y si sus características socioeconómicas lo permiten.
Y como último apunte, te dejo unos tips para un correcto aporte de nutrientes:
Grupo de alimentos Raciones
Lácteos 2 raciones/día
Pescado blanco 3-4 raciones/semana
Verduras y hortalizas *2 raciones/día
Fruta 2 raciones/día
*Al menos, una debe ser en crudo, para que mantenga todos los micronutrientes y no se pierdan con la cocción del alimento
Bibliografía consultada:
– Serra, J. D., & Moreno-Villares, J. M. (2017). Leches de crecimiento.¿ Qué pueden aportar en
la alimentación del niño pequeño?. PEDIÁTRICA, 75(5-6), 74.
– Serra, J. D., & Villares, J. M. (2011). Leches de crecimiento en la alimentación infantil. Acta
Pediatr Esp, 69(9), 227-234.
– Lorente, B. F., & Serra, J. D. (2005). Fórmulas de continuación y fórmulas de crecimiento.
Acta Pediatr Esp, 63, 471-475

Nutricionista: Carmen Sevillano

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