‘’ Mi hij@ no es una esponja’’: Tips para evitar el ambiente obesogénico
Nuestros hijos e hijas se encuentran en plena etapa de aprendizaje y están continuamente bombardeados por todo tipo de conocimientos nuevos para ellos, y cuando se trata de la alimentación, no es una excepción.
En la actualidad, nos encontramos expuestos a la televisión y todo tipo de pantallas, a anuncios por todas partes, a cosas que nos cuentan nuestros amigos y familiares, a publicidad en papel e incluso en propios supermercados con sus ofertas jugosas, todo tendiendo al consumo, y ese consumo ¿hacia dónde tiende? Pues cuando de alimentación se trata poca publicidad vamos a
ver relacionada con unos hábitos saludables o al menos que capten la atención de los más pequeños, en cambio los ultraprocesados y alimentos de condición menos saludable, presentan empaques más llamativos y vistosos, y campañas de marketing en general más elaboradas y en muchos casos orientadas a niños.
En conclusión, la exposición a este tipo de mensajes que calan en nuestros hijos, son difíciles de mejorar, pero dentro de nuestras posibilidades ¿Qué podemos hacer para que el ambiente de nuestros hijos e hijas sea menos obesogénico?
1. Planificar el menú semanal y las compras: No significa ser totalmente estrictos, al fin y al cabo, todos hemos tenido ganas de consumir algún dulce, pero si hay que tener cierto control sobre la regularidad de consumo de estos. Una buena estrategia es que nuestros hijos vean la disponibilidad de productos saludables y variedades de alimentos con sus ojos, acompañándonos a realizar estas tareas. El objetivo principal es tener una buena relación con la comida, no tener miedo a los alimentos o pensar que unos son más ‘’malos’’ que otros, simplemente unos deben ser de menor consumo al resto.
2. Alcance: Debemos considerar que ya de serie, nuestros hijos estarán expuestos a publicidad de estos alimentos, por lo que, si en
casa estos alimentos están menos visibles para ellos, disminuiremos este ambiente.
3. Identificar emociones: Aunque parezca en el caso de los niños más abstracto, es cierto que algunas emociones provocan un deseo mayor por alimentos de peor calidad nutricional para ser sofocadas, por lo que es interesante tratar las emociones en el caso de los niños, alejándonos de los alimentos, prestando atención a ‘’los premios’’ y ‘’los castigos’’.
4. Compañía: La compañía de nuestros hijos empieza en nosotros, por lo que no podemos conseguir que estos tengan buenos hábitos, si ni siquiera los tenemos nosotros. En cuanto a la otra principal compañía se encuentra en el colegio, donde es responsabilidad
del profesorado mostrar una actitud pro-activa hacia los buenos hábitos y la educación nutricional.
sedentarias, provocan la exposición a publicidad no muy saludable. Por otra parte, el uso de estas está relacionado con
una mayor facilidad de aburrimiento y recaída en ‘’picoteos’’ de alimentos que normalmente son de baja calidad nutricional.
En definitiva, para conseguir una buena relación con la comida en nuestros hijos, no hay que ver todo blanco o negro, son niños y claro que van a probar estos alimentos, pero es de nuestra responsabilidad que adquieran conocimientos de raciones y de consumo adecuado de ellos, dado que no podemos influir en absolutamente todo lo que les rodea y de todo lo que aprenden, a fin de cuentas, son niños y tienen todo un mundo por descubrir
Gracias a la colaboración de Marta Almena Nutricionista
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